Skip to content

Doña Carolina Fernández Menéndez

Nos hace el siguiente resumen de su charla visualizando el power point adjunto.

Bueno como estaréis cansados voy al grano, tras todo lo que hemos aprendido hoy yo sólo quería aportar una pincelada de lo que importante que es saber que eres superdotado. Para las ansias que todo lo quieren saber para ayer (aquí una con impacientitis aguda), la respuesta corta es: más felicidad. No digo “la”, digo “más”. Es un click que te da más confianza en ti mismo, partas de donde partas te ayuda a reforzar tu identidad y a sentirte mejor y más libre.

La información es poder. Y la información sobre uno mismo, poder sobre uno mismo. Ya sé que es una perogrullada, pero es que en realidad es sobre lo único sobre lo que lo tenemos. Somos lo único en el mundo que hasta cierto punto podemos cambiar, controlar y dirigir, cómo somos, cómo pensamos, cómo sentimos, cómo actuamos. Cómo… o qué. Cuando alguien dice “Alex entiende de ordenadores” se refiere a que comprende cómo funcionan y por tanto los puede manejar digamos a voluntad. Inciso: ¿cuántos habéis pensado en Alex como hombre? Levantad la mano, por favor. Ok, y ¿cómo mujer? Perfecto, gracias. Luego os cuento a qué viene esto. Eso de entender se puede hacer de muchas maneras, por intuición, observación, al sentir, al reflexionar… no hay una única forma de adquirir y expresar conocimiento.

Fijaos en esta imagen, 

 ¿Veis algún triángulo? Mirad bien, porque… no lo hay. Igual con ésta otra os resulta más evidente. Lo que ha pasado es que nuestro cerebro reconoce digamos “cosas” y genera “otras cosas” (a veces me explico fatal, lo sé…) para completar un todo formando figuras que nos resultan familiares donde no las hay. Eso mismo ocurre con el aprendizaje de cualquier tipo. Aprender requiere de atención consciente o inconsciente y memoria: cada minuto recibimos y procesamos toneladas de información, y aun así no siempre es suficiente, así que el cerebro rellena los huecos. Los seres vivos nos pasamos la vida relacionándonos con el entorno, y para centrar ya un poco el tema, en función de nuestra personalidad y de dicho entorno se puede llegar a interiorizar por ejemplo que:

  • No encajas  percepción, hecho, realidad “objetiva”
  • Eres diferente  causa, explicación
  • Y eso está bien/mal  juicio, motivador de sensaciones/acciones (repetir, evitar)

El juicio es necesario: nos ayuda a tomar decisiones y a sobrevivir. Un juicio acertado ayuda a una experiencia vital positiva. Uno erróneo, a una negativa. Para uno mismo o/y para los demás. Es muy difícil tener un buen juicio, pero creo que es mucho más difícil desarrollar el propio, como ilustra la imagen. Otro tema apasionante.

Los humanos somos animales sociales y necesitamos conectar con otros. El “no encajas” suele ser una sensación desagradable, sobre todo si se mantiene en gran variedad de situaciones durante mucho tiempo. Te puede llevar a pensar que estás mal tú o el mundo, y ni lo uno ni lo otro. Cualquiera rechaza lo desagradable y busca lo agradable, estamos genéticamente programados para ello (otra cosa es que haya una confusión y explotación importante de nuestros sensores por intereses poco nobles, pero eso es otro tema). La cuestión es que buscamos una explicación y una forma de quitarnos esa sensación molesta (esto, no sé a vosotros, pero me recuerda un poco al tema drogas, que por cierto no funcionan como la mayoría cree). Por aquí pueden empezar a surgir conductas más o menos disruptivas o adaptativas respecto al entorno y a uno mismo y cuanto más tiempo pasa más se afianzan.

El desafío se ve y o se penaliza o se atiende con mayor o menor acierto, el camuflaje es más complicado, pero ambas opciones pueden llevar a un profundo aislamiento que genera problemas y mucho sufrimiento. Curiosamente por más que la mayoría de superdotados identificados sean varones, precisamente porque a veces no se adaptan bien y se mira qué ocurre y se llega a aquí, una u otra actitud no depende tanto del género como de la personalidad, el entorno, la presión social y la cultura.

Quizás una de las mayores dificultades radique precisamente en el desconocimiento de lo que se es, lo que necesitas, lo que te hace daño… Y en nuestro caso, en la falta de pares, mentores y referentes. Como ocurre con cualquier colectivo minoritario en realidad. Y ambas cosas se mejoran con información sobre cómo somos y funcionamos.

Por cierto, el pequeño experimento de antes… Alex es un nombre neutro, y la imagen también. ¿Cómo os decantasteis por un género? Ya sabéis la respuesta: rellenando huecos con lo que os resulta más familiar. De la misma manera que estoy segura de que nadie imaginó una Alex negra de 56 años hackeando (más mitos por ahí), me equivoco? Bueno, pues resulta que los superdotados somos esa Alex mujer negra de 56 años que “nadie ve”… ni siquiera ella misma: nadie nos ve ni nos enseña a vernos porque casi nadie sabe qué mirar. Con este ejemplo quiero mostrar que ninguno vemos “la realidad” sino que cada cual tiene la suya y en el fondo está en nuestra cabeza, en cómo interpretamos lo que percibimos. Cuando nos falta información, rellenamos. Obviamente el entorno y experiencias, nuestro banco de datos, influye bastante en qué y cómo lo hacemos. Cuanto menos conocimiento, de nosotros, del entorno, de otras culturas, de la vida… más huecos y más grandes… y más posibilidades de errar. El de no encajar es un hueco enorme y, por ignorancia, no siempre pero lo podemos acabar rellenando muy mal.

Cuando te pones a investigar sobre el tema, dentro del gran desconocimiento sobre la superdotación, muchas de las cosas que encuentras van dirigidas a niños y específicamente al ámbito educativo, con bastante enfoque al rendimiento. Y está muy bien, pero la vida es más que eso. Antes que la aplicación de la inteligencia está la gestión emocional. Antes que el estudiante, la persona. Además del niño, el adulto, que de hecho es quien lo acompaña. Y hay poco material para que esos padres y madres aprendan a entenderse y gestionarse a sí mismos para así poder guiar a sus hijos en ese proceso. Tampoco veo demasiado interés ni facilidades por parte de las empresas por abonar y cultivar el potencial si de adulto no les muestra la flor. Y no hablemos del Estado. Es una pena. De ahí la importancia de la visibilidad y el derribo de mitos.

Ser superdotado no es un número ni muchos de los mitos que se han comentado hoy aquí. Es un concepto complejo que describe y contiene muchísima información. En sí no es ni bueno ni malo, como cualquier otra cosa, eso depende de nuestro juicio o la interpretación que le queramos o sepamos dar. Desde luego esas 11 letras son una herramienta muy útil para conocernos, aceptarnos y querernos más y mejor. Y esa es la única forma real de poder hacer eso mismo con los demás. De relacionarnos de forma más profunda y auténtica con nosotros y con el resto. De ser más felices. Saber que eres superdotado no arregla los problemas ni elimina el dolor de la vida, como tampoco lo hace saber que eres miope, ni falta que hace porque es necesario todo: pero sí ayuda a ponerte gafas y darles una nueva lectura.

No es justo ni positivo vivir rellenando huecos sobre nuestra propia identidad. Cuanto antes sepamos que somos superdotados, mejor para todos.

Los niños y sus pares lo notan muy muy rápido, que no se entienda algo a nivel cognitivo o no se sepa verbalizar no significa que no se sienta, y ésa es otra vía de aprendizaje y conocimiento. Mejor que tengan una respuesta para llevar bien la sensación de no encajar y que no explosionen o implosiones con rebeliones o falsos self (esto del falso self miradlo que es importante).

Los adultos tenemos muchos miedos e ideas preconcebidas y tendemos a preferir la hipótesis frente a la realidad: sé que da miedo conocer tus límites, ese “y si hago las pruebas y resulta que no?”. Pues es que no pasa nada!! Tu ego sufrirá un poco, claro, pero pasado el shock sabrás más de ti y podrás afrontar la vida de otra manera. En su día todos probamos cuánto era lo más alto que saltábamos, lo más rápido que corríamos, lo más lejos que buceábamos, conocimos nuestros límites físicos e incluso trabajamos para expandirlos dentro de un margen. Los test son herramientas útiles pero con muchas limitaciones y la inteligencia, sea lo que sea, no es un número ni se puede medir cuando nos viene bien por agenda. Y aunque así fuera… acaso los que no somos Ussain Bolt no tenemos nada que aportar al mundo? No somos valiosos? O es que seguimos pensando, erróneamente, que ser muy inteligente es ser mejor que otros y por eso nos da miedo que una evaluación diga que no lo somos? Y qué, si no estamos en el podio!! Eso es ego puro. Si hoy, ahora, sufres, necesitas autoconocimiento para dejar de hacerlo. Da miedo, lo sé, pero no podemos dejar que nos paralice ya que es absurdo posponer este tema… El espejo devuelve lo que hay, y lo que vemos no suele ser tan maravilloso como lo que visualizamos. Curiosamente cuando empezamos a ver, empieza a aparecer la belleza con mayúsculas. La gracia está no en ponernos una venda para quedarnos con la imagen ideal sino en aceptar ese reflejo imperfecto… y para eso hay que mirar libres de ideas preconcebidas.

Y hablando de eso, podía haber dicho desde el principio que “ante la más mínima duda, hacéoslo mirar”, pero habría sonado algo brusco xD Eso sí, aseguraos de que es un profesional especializado y comprometido. Ya termino pero antes de irme quiero aprovechar, ya que os tengo aquí de rehenes, para agradecer a Loly por permitirme participar y a Sonia que me haya introducido en este tema. Y que me haya insistido a pesar de la resistencia que ofrecí, que no fue poca. Se puede ser muy inteligente y estar muy equivocad@, por cierto. No siempre es fácil vivir sin saber quién eres ni por qué no encajas, pero desde luego todo se complica si por falta de conocimiento de quien se supone que debe saber te ponen una etiqueta errónea o no entienden bien la correcta. Sé que tengo suerte de haber dado contigo.

En fin, espero que mi granito de arena os haya aportado algo y por favor, aprended todo lo que podáis. Ahí os dejo algunas sugerencias. Puede parecer mentira, pero a veces 11 letras te cambian la vida. Gracias por escucharme.

YouTube
YouTube
Instagram
WhatsApp